El presidente de la Organización para la Conservación de Cetáceos del Uruguay, Rodrigo García Píngaro, habló de lo prometedora que es esta experiencia a pesar de la pandemia.
El pasado fin de semana fue avistado un grupo de ballenas de mínimo seis individuos en Punta del Diablo, a unas 2 millas de la costa. Los primeros registros se dieron en playa La Viuda y luego fueron hacia el Parque Santa Teresa. A raíz de la pandemia de coronavirus el avistamiento este año será sólo para los uruguayos que deseen acercarse a la costa.
Hace 20 años que estamos en Arachania, cerca de La Paloma, donde se gestó nuestra base mancomunada con las comunidades. En esos estudios se dio la importancia de difundir, no solo para la conservación de estas especies marinas sino porque hay oportunidades laborales. Históricamente vienen a nuestras costas por fines reproductivos. Todas las especies de ballenas buscan sus lugares de reproducción y esta especie es la única en la región del planeta que adora las costas. Quien no las vio antes se asusta y piensa que van a encallar. Vienen buscando refugio. Hemos visto muchos nacimientos. Es una especie que se viene recuperando lentamente por los esfuerzos regionales. Para la región Brasil- Uruguay han crecido 12 % y se van recuperando. Por eso las vemos cada vez más. Por eso promovimos estrategias para el turismo responsable prohibiendo que la gente se tiente de acercarse a las ballenas. Esas estrategias conforman este lanzamiento que empezamos ayer en Piriápolis. Desde que empezamos con las primeras investigaciones en 1995, veíamos que las ballenas a fin de julio aparecen con más presencia. Lo que hemos promovido desde 2002 con el Ministerio de Turismo es una ruta de avistamiento por tierra desde Piriápolis a Santa Teresa. Hay secretos y cultura que muchas veces no vemos en el verano. Es un completo combo el avistar ballenas. El ecoturismo es lo inesperado.
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